Sustentabilidad y Hoteleria – Certificaciones LEED
Actualidad y utilidad.
El encarar un proyecto sustentable implica la implementación de una serie de medidas con respecto a la planificación del sitio, al consumo racional de recursos como el agua y las fuentes de energías no renovables, al uso eficiente de la energía disponible, a la conservación de materiales y recursos, y al cuidado de la calidad del ambiente interior a través del uso de materiales de baja toxicidad o del aprovechamiento de recursos como ser el sol, la vegetación, los vientos, o las visuales.
Más allá de las decisiones de diseño que afectan directamente al proyecto como tal, es indispensable tener en cuenta una serie de consideraciones cuya implementación puede reducir el impacto ambiental, económico, y social de un proyecto. La reducción del uso del transporte automotor individual -promoviendo el uso de transporte público, o el uso de vehículos eficientes-, el mantenimiento de artefactos para evitar pérdidas, la conservación del patrimonio cultural, la educación, el reciclado son algunas de ellas. En cuanto al reciclado, el concepto debe ir más allá del reciclado de materiales -de construcción o de uso diario- e incluir la reutilización de aguas grises o aguas de lluvia para riego o servicios cloacales, o la flexibilidad de distribuciones interiores para evitar demoliciones y la generación –evitable- de residuos.
El diseño “verde” aporta importantes beneficios. En lo que respecta a lo económico son beneficios probados la reducción de costos operativos, un incremento en el valor de la propiedad y en los alquileres, una mayor productividad y satisfacción por parte de los usuarios, y una optimización del rendimiento económico en cuanto al ciclo-de-vida del edificio.
Pero el diseño sustentable implica aún mayores ventajas. Con respecto a la salud de la comunidad de usuarios, mejora la calidad del aire interior, proporcionando un mayor control de la temperatura y la acústica, y también un mayor acceso a ventilación e iluminación naturales, incrementando así el confort, y contribuyendo a una mejor calidad de vida durante las horas de ocupación de un edificio.
Una manera de establecer la huella ambiental de una edificación es la de recurrir a un ente independiente de certificación, que, a través de herramientas de calificación y clasificación, otorga certificados de sustentabilidad en distintas categorías edilicias. El USGBC (United States Green Building Council) generó un sistema de certificación denominado LEED® (Leadership in Energy and Environmental Design, o Liderazgo en Energía y Diseño Ambiental) que clasifica edificios en cuatro niveles de cumplimiento: certificado, plata, oro, y platino. La certificaciónLEED® distingue proyectos de construcción que han demostrado un compromiso con la sustentabilidadal cumplir los más altos estándares de desempeño en eficiencia energética y bajo impacto al medio ambiente.
Existen hoy en día 17 hoteles certificados en los Estados Unidos, aunque más de 700 proyectos a nivel mundial están registrados y en proceso de certificación. Con los beneficios económicos, y su diseño flexible, la industria hotelera comienza a incorporar criterios sustentables en sus nuevos desarrollos. Con la creciente sensibilidad del público en lo referente a temas relacionados con el cuidado del ambiente y la conservación de los recursos naturales, el diseño verde se ha convertido en el nuevo concepto en proyectos hoteleros. El interés es tal, que el público está, en muchos casos, dispuesto a pagar un costo más alto por una estadía en un hotel considerado ecológico.
LEED® clasifica las medidas sustentables en 5 áreas básicas: el tratamiento del terreno, el ahorro de energía, el uso racional del agua potable, la calidad del aire interior, y el ahorro de materiales o recursos.
Con respecto al tratamiento del terreno, el criterio básico es el de seleccionar un sitio sustentable para la construcción del edificio. La elección del sitio de construcción evita daños colaterales a la zona contigua al emprendimiento resguardando el impacto de su construcción. Esto va de la mano con el control de la erosión y la sedimentación del terreno; la conservación de áreas verdes en sitios previamente desarrollados, restaurando altos porcentajes del área abierta remanente plantando vegetación nativa o que se adapte al sitio; la accesibilidad al edificio a través de transporte público en sus inmediaciones; la implementación de un programa de manejo de agua pluvial que reduzca la cantidad de agua vertida al sistema de alcantarillado y que a su vez mejore la calidad del agua vertida; la reducción de los efectos de la isla de calor (aumento de la temperatura por la absorción de rayos solares por superficies oscuras) a través del uso de superficies reflejantes o verdes; y la disminución de la polución lumínica nocturna. Se querrá orientar el proyecto para maximizar el uso de luz solar y de superficies arboladas naturales.
Con respecto al uso eficiente del agua como recurso, es imprescindible reducir el consumo de agua potable, tanto para riego (reciclando agua de lluvia o aguas grises, o utilizando especies nativas que requieren menores cantidades de agua) como para instalaciones sanitarias (a través del reciclado de aguas o del uso de artefactos sanitarios eficientes, como ser, inodoros de doble descarga, griferías temporizadas, duchas con aireadores, o mingitorios sin uso de agua) y equipamientos (en el área de cocina, desde las regaderas hasta los lavavajillas industriales pueden ser diseñados “eficientemente”).
En cuanto al uso racional de la energía, la premisa básica es la de alcanzar un máximo nivel de eficiencia de energía para el edificio y sus sistemas. Esta eficiencia puede alcanzarse gracias al uso de sistemas de acondicionamiento y de iluminación eficientes, el uso de sensores, o la implementación de sistemas de generación de energías renovables in-situ (paneles fotovoltaicos, colectores solares, generadores eólicos, entre otros). El monitoreo de los consumos de energía generales del edificio es necesario para una correcta operación a corto y largo plazo. La reducción en el consumo de energía debe acompañarse con la eliminación del uso de refrigerantes basados en CFC y HCFC (clorofluorocarbonos e hidroclorofluorocarbonos) en sistemas de acondicionamiento, refrigerantes nocivos para el medio ambiente. A su vez, es indispensable incluir en el equipo a un auditor independiente que verifique la instalación, la funcionalidad, y el rendimiento de los sistemas de energía, capacitando al personal de mantenimiento y operación en el uso de tales sistemas. Buenos materiales de aislación térmica, y la eliminación de puentes térmicos entre interior y exterior son condiciones básicas para un proyecto eficiente.
El uso racional de materiales y recursos parte de la creación de un programa de reciclado dentro del edificio que incorpore al proyecto un espacio central de recolección y almacenamiento de residuos reciclables. Esto se suma al uso de materiales que contengan materias primas recicladas, y la utilización de materiales naturales rápidamente renovables (como ser el algodón, el bambú, el corcho, etc.), y de materiales regionales (la cercanía a la obra disminuye la necesidad de transporte y por ende, la polución ambiental). Es importante seleccionar materiales que no dañen el medio ambiente (que no contengan productos –o generen gases- tóxicos) y que, si no son reciclados, pueden ser reciclables al finalizar su vida útil.
Con respecto a la calidad del aire interior, es indispensable diseñar un ambiente libre de humo, que prohíba fumar en su interior y en cercanía de accesos, ventanas, o tomas de aire exterior. Si esto no fuera posible, los espacios designados para fumadores deberán sellarse para evitar la contaminación del aire en los espacios contiguos. Es además importante el monitoreo de las cantidades de dióxido de carbono (generando así una ventilación adecuada), y el uso de materiales con baja emisividad de compuestos orgánicos volátiles (COVs), nocivos para nuestra salud. Esto incluye alfombras, pinturas, adhesivos y selladores, y compuestos de madera y agrifibras. Más allá del uso de materiales, el proyecto debe tener en cuenta al usuario. La capacidad de controlar su propio ambiente (en cuanto a iluminación y temperatura), y el acceso a luz natural y visuales hacia el exterior, son características fundamentales que garantizan el confort del huésped.
El uso de elementos de limpieza ecológicos, blanquería de algodón o fibras naturales, papeles reciclados, o muebles y equipamientos con contenidos reciclados o de materias primas naturales son premisas que pueden ser incorporadas al proceso de operación de un hotel.
Al encarar un proyecto sustentable, la primera pregunta suele referirse al costo adicional de una construcción verde. En principio, y dependiendo del nivel de sustentabilidad adoptado, un proyecto puede costar entre 2 y 8% más que un proyecto tradicional. Sin embargo, este monto disminuye con la experiencia de los equipos de proyecto, y gracias a la incorporación al mercado de variados productos para la construcción que respeten al medio ambiente. La inversión inicial se recupera en pocos años gracias a los ahorros en costos operativos: en proyectos ya certificados, el USGBC informa ahorros de hasta un 30% en el uso de energía, un 35% en emisiones de CO2, un 50% en el uso de agua potable, y hasta un 90% en la generación de residuos finales. Con respecto a costos operativos, el promedio es de una reducción de un 9%.
Los proyectos nuevos no son los únicos con posibilidades de adoptar prácticas sustentables. Aquéllos hoteles ya en funcionamiento tienen la posibilidad hoy de implementar medidas “verdes”. Entre ellas resaltamos:
Para racionalizar el uso de agua potable:
§ Adoptar un programa de reutilización de blanquería.
§ Instalar aireadores (economizadores de agua) en duchas y lavatorios.
§ Instalar inodoros de doble descarga.
§ Incorporar plantas regionales en los jardines (requieren menores cantidades de agua de riego).
Para ahorrar de energía:
§ Colocar artefactos con lámparas de bajo consumo en habitaciones, áreas públicas, y pasillos; y LED’s para elementos de señalética. Utilizar sensores y timers en áreas de poco uso.
§ Educar al equipo de operación y mantenimiento del hotel: apagar luces o sistemas de aire acondicionado y calefacción cuando una habitación no está siendo ocupada, o cerrar las cortinas en épocas de calor disminuyen el consumo energético del establecimiento.
§ Colocar films de protección en ventanas para minimizar cargas de acondicionamiento térmico.
§ Utilizar electrodomésticos eficientes.
§ Si fuera posible, instalar un sistema de acondicionamiento de agua a través del uso de energía solar para la piscina.
§ Reemplazar cristales en carpinterías exteriores por DVH (doble vidriado hermético).
Para limitar el uso de recursos y materiales:
§ Colocar contenedores en cada habitación que permitan la separación de residuos reciclables (periódicos, papeles blancos, vidrios, aluminio, cartones, y plásticos).
§ Colocar contenedores de reciclado en áreas públicas, cocinas, y oficinas de personal.
§ Utilizar productos de oficina y papelería que contengan material reciclado, y minimizar el uso de productos derivados del papel.
§ Utilizar copas y tasas de vidrio o cerámica en las habitaciones.
§ Donar o reciclar amoblamientos viejos o productos descartados.
Para mejorar la calidad del aire interior:
§ Utilizar productos de limpieza no-tóxicos. Asegurar que los productos químicos y de limpieza estén almacenados en áreas cerradas con buena ventilación.
§ En remodelaciones, usar pinturas con baja emisión de contaminantes.
Entre otras medidas, la promoción del uso de transporte público entre huéspedes y empleados, así como la creación de un programa de educación a nivel local, son actividades indispensables para una toma de conciencia general por parte de la sociedad.
Antes de una remodelación parcial o total, consultar con expertos en el área. Un buen análisis puede resultar en un proyecto que respete nuestro medio y genere importantes ahorros de agua, materiales, y energía.
Para mayor información sobre arquitectura sustentable y sus sistemas de certificación, se puede consultar al Argentina Green Building Council a través de su página web www.argentinagbc.com.ar.